Publicado por Efrain Espinosa , 26 de Marzo del 2018
En numerosas ocasiones he escuchado o leído a personas que intentan acabar con el ruido en una sala para grabar o ensayar y a lo primero que acuden es a los cartones de huevo para insonorizarlo.
Empezaré este post con la respuesta concreta que escuché de algún Ingeniero en Acústica: "Los cartones de huevo sólo sirven para guardar huevo”. Y es que, finalmente ese es el fin de los cartones de huevo, no fueron hechos para nada más que para guardar huevos.
Pero como ya sé que para muchos esa respuesta no es suficiente, aprendamos un poco sobre el comportamiento de las ondas.
Las ondas Acústicas
Todo comienza con el principio de la conservación de la energía, esa famosa frase que seguramente ya has escuchado en algún lado: "La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma". Bien, pues está propiedad aplica para las ondas sonoras también.
Cuando una onda choca con algún material, se podría decir que la onda se divide en dos: la onda reflejante (cierta energía rebota en el material) y la onda refractante (cierta energía de la onda logra atravesar el material). Poniendo esto en palabras un poco más simples, cierta parte de la onda acústica pasa hacía el otro lado del material y cierta parte de la onda rebota.
Una sala o recinto es tratada para estos dos casos. Si lo que queremos es insonorizar nuestra sala entonces debemos trabajar sobre la onda refractante (la que logra pasar el material); por otro lado si lo que queremos es acondicionar acústicamente, entonces debemos de trabajar sobre la onda reflejante.
Ahora vamos con el tema de las tapas de huevo
Se dice que, hace tiempo alguien entró en un estudio de grabación, observó que la espuma acústica que se usa para acondicionar las ondas acústicas (sobre la onda reflejante), se parecían a los cartones de huevos y en aquel mismo instante surgió la leyenda urbana de que los cartones de huevos servirían para insonorizar.
En primer lugar hay que decir que esa espuma que se ve en las paredes de los estudios no se utiliza para insonorizar sino para acondicionar el sonido de la sala.
Por otro lado para el tema de la insonorización se hace un proceso muy diferente a sólo colocar esponjas, requiere un poco más de infraestructura.
Ahora, alguien ya se tomó la molestia de hacer los cálculos para las tapas de huevo, y según los laboratorios de Riverbank tienen un coeficiente de reducción de ruido de 0.40. Y para darnos una idea de este número, las frecuencias arriba de los 500Hz requieren de de 0.44. o sea que a las frecuencias graves no les hace ni cosquillas.
Uno de los estándares para acondicionar una sala o recinto es que el material debe ser ignífugo, es decir que rechaza la combustión y protege el fuego. El cartón de huevo para nada tiene esta propiedad, así que si por algún motivo existe una chispa por algún corto u otra situación no sólo verás consumir tu inversión en cartones de huevo, si no todo lo que este dentro de esto, tus instrumentos, aparatos, tus sueños.
Así que el resumen de este post te listamos 5 cosas de porque no usar cartones de huevo:
Acabemos con toda esta desinformación de las tapas de huevo, si necesitamos acondicionar o insonorizar una sala o recinto necesitamos invertir en materiales que realmente sirvan, y sobre todo hacer las mediciones pertinentes. Cada lugar es diferente y tiene diferentes necesidades, por eso es importante consultar a los expertos en la materia.
Si conoces a alguien que haga uso de cartones de huevo, salvale la vida y comparte este post con él. Hay que darle fin al mito de las tapas de huevo.
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