Esta reseña cuenta con dos partes. La primera que es escrita y más técnica y una segunda, incluída en este mismo artículo, en vídeo y con un carácter más humano. Así que si no te interesan los detalles técnicos te puedes saltar directamente al video.

¿CÓMO LO ESCUCHÉ?

Quise escuchar esta producción usando varias fuentes emisoras de sonido. Para esto me ayudé de un antiguo sistema sonido National Panasonic de los 80's conectado a mi computadora, luego lo probé con un par de monitores KRK6 a través de una interfaz de audio y luego, desde la misma interfaz, con unos audifonos AKG K240 usando Virtual Reference Monitoring (si tienes dudas de cómo comprar audifonos da clic aquí) y al final... con mi teléfono celular y unos fonos de los que se compran en el metro.

¿CÓMO SUENA?

La calidad técnica de esta producción no decepciona en lo más mínimo y es apreciable (con las diferencias obvias) en todas las fuentes sonoras seleccionadas. Tiene un sonido amplio, balanceado en su distribución de frecuencias, algo que creo viene heredado de la forma en que se pensaron los arreglos y eligieron los sonidos de esta producción y no sólo como mérito de post-producción.

Hay una suerte de premisa en la composición de música popular, "mientras más compleja sea la letra de una canción, el arreglo debe ser más simple...". Bueno, estamos ante una producción de letras complejas y arreglos simples. Ahora, no te engañes pensando que simple quiere decir "mediocre", para nada. Los arreglos son bien pensados, no hay muestras de virtuosísmo técnico pero cada nota funciona perfecto y está al servicio de la canción.

Una primera escucha nos hace apreciar lo que les vengo contando, sin embargo, una segunda escucha, una tercera, una cuarta... van sacando a relucir el uso inteligente de la panorámica estéreo y comenzamos a apreciar detalles musicales de muy buen gusto. El uso de los loops me seduce de una manera especial, no son perfectamente  pulidos, al menos así me parecen a mi, son crudos, efectivos y logran provocar cierta respuesta psicoacústica, ¿fue esto pensado? me gustaría pensar que sí.

Como músico no puedo evitar escuchar esta producción e imaginármela en varios tipos de performance: en vivo y fiel al sonido original, acústica, incluso con arreglos más al estilo de las bandas de alabanza que hoy son tan populares. Podrás decir: "hey! cualquier producción puede ser interpretada de esa manera!!" el asunto es que no en todas las producciones te puedes ir imaginando esos escenarios de manera simultánea a la escucha. Un ejemplo de ello es la canción "Que baje el cielo a la tierra", es una canción que me recordó a la "la negra" Mercedes Sosa y por un instante me imaginé la canción cantada con un bombo legüero, guitarras reasgueadas al más puro estilo del folclore argentino y un arpa de fondo.

La interpretación vocal merece ser mencionada, esta depende mucho del cómo se estructure la línea melódica. En este disco la línea melódica presenta una estructura de intervalos interesantes que hacen que el oído no siempre pueda predecir lo que viene después, esto provoca que el interés se mantenga a lo largo de un disco que no tiene la estructura de "5 lentas y 5 rápidas". El uso de la "voz de cabeza" es recurrente y presenta a un JAR flexible y dispuesto a enfrentar un sonido que no es común en sus producciones anteriores.

CONCLUSIÓN

Estamos en frente de una producción que no busca ser comercial. Es osada en su propuesta, es desafiante y eso es sin dudas un riesgo. Lo anterior lo digo pensando primariamente en aquellos que al oír "nueva producción de Jesús Adrián Romero" están pensando en cuáles canciones les serán útiles para sus nuevas listas de alabanza.

Personalmente la disfruté, me intrigó, me gustó, pero de esos aspectos "no-técnicos" me refiero en el video a continuación.

Fuente original: http://www.cesarsoto.org/2016/06/besos-en-la-frente-lo-nuevo-de-jesus.html