Publicado por Efrain Espinosa , 06 de Agosto del 2018
Antes de la existencia del Guitar Pro o Tux Guitar e inclusive del NoteWorty ya se escribían partituras a máquina, aunque no lo creas amigo millennial, exisitía un mundo antes del Internet, y las personas se las tenían que ingeniar para transcribir música. Y navegando por este gran mar de la Internet nos encontramos con algo muy curioso, una maquina para escribir partituras.
Se sabe muy poco acerca de estas máquinas, incluyendo el número que pudieron haberse fabricado. Aunque sí se sabe que a nivel mundial solo quedan menos de un par de docenas. Se trata de un artilugio patentado en una primer versión de 14 teclas en 1936 por Robert H. Keaton, en San Francisco, California, y otra version de 36 teclas que fue patentada por el mismo señor en 1953 y es la que ilustra el post. Claro que el mercado existente para este artefacto era más que pequeño. Supuestamente fueron principalmente adquiridas por las cátedras de música de escuelas y pequeñas editoriales dedicadas a la publicación de partituras. Conociendo la mecánica de trabajo de los compositores musicales, mucho más conectados con la escritura manual que con la mecánica, es lógico que no les haya interesado. Es una cuestión de costumbre y practicidad pues es una máquina muy complicada de manejar, y ellos en cambio, contaba con muy buena caligrafía.
La hoja se fija a la tabla, y el mecanismo se desliza a través de sus rieles encima de ella, tanto en el eje horizontal, como vertical. El disco del teclado gira en un pivote, en donde, al colocar el disco en la posición correcta (similar a los viejos teléfonos de disco), se presiona la tecla, la cual empuja un tipo del símbolo contra una cinta de tinta, dejando la marca en el papel. La parte curva de la izquierda es un delineador que permite posicionarse con precisión sobre cada linea o espacio dentro y fuera del pentagrama (con lineas adicionales).
Es asombrosa la forma en la que funcionaba este artefacto, es digno de un proceso de creatividad e ingenio por parte de los diseñadores, y a quién no le gustaría tener uno de estos en casa.
Y por si no entendiste su funcionamiento, aquí te dejamos un video de la máquina en acción.
También te puede interesar: Efectos de la música en el cerebro
La música es un lenguaje capaz de transmitir todo aquello que no se puede expresar con palabras
Recibe las últimas noticias antes que nadie